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Foto archivo SJR-Venezuela

Por qué lo hacemos

Trabajamos en zonas afectadas por el conflicto armado colombiano y por nuevas formas de violencia relacionadas en muchos casos con las economías ilícitas. En estas zonas se evidencia que ha permeado una cultura de violencia que tiene como causa y consecuencia, la falta de acceso a derechos y la falta de cobertura de necesidades básicas.

 

En los próximos años seguiremos encontrando población sin acceso a medios de vida lícitos, así como niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ) en situación de refugio o desplazamiento privados del acceso a la educación, o con dificultades para completar sus estudios a causa del contexto de discriminación hacia las personas refugiadas que se da en los centros educativos. Por todo ello, son los más susceptibles de vinculación, uso y reclutamiento forzado por parte de los actores armados y de sumarse a economías ilícitas.

Que esperamos

° Que los padres y madres en situación de migración forzada cuenten con información y están concientizados sobre la importancia de la educación como derecho fundamental de los niñ@s y adolescentes, y generan mayores medidas de protección y acompañamiento ante los riesgos y vulnerabilidad del contexto.

  

° Que los docentes, directivos, funcionarios y comunidad escolar sean sensibilizados sobre el derecho a la educación, las necesidades, y los riesgos que enfrentan los niñ@s y adolescentes.

   

° Que los niñ@s y adolescentes accedan a escuelas mejor equipadas o con infraestructura mejorada.

La educación debe ser un compromiso de todos en la medida que se promueve y sensibiliza de su importancia y valor social a las personas, familias y comunidades, y que esto a su vez permita que no se vulnere el derecho de los niñ@s y adolescentes de acceder, permanecer y ser certificados en la escuela.

La educación de calidad contribuye a romper los círculos de la pobreza, ya que favorece el acceso y la permanencia de NNA en el sistema educativo. En la medida que la calidad ayude a romper los círculos de la pobreza, podemos suponer que contribuye a generar condiciones de justicia y equidad social.

Promover la educación como un proceso que se da a lo largo de la vida implica la enseñanza de habilidades humanas que van más allá de la alfabetización o la formación para el trabajo. Buscamos impulsar procesos que fortalezcan habilidades como la resiliencia, y temas como la reconciliación y la transformación de dinámicas violentas.

Las escuelas son un punto focal de nuestras acciones, por lo tanto buscamos que la escuela sea un territorio seguro y adecuado para la protección de NNAJ. Para esto serán importantes las iniciativas de adecuación de espacios físicos, así como aquellas que doten de materiales mínimos a maestros y estudiantes para garantizar su permanencia.

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